miércoles, 2 de marzo de 2016

Guanajuato

"La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida." Don Quijote de la Mancha.

Después de viajar algunas horas llegamos a Guanajuato. Un pueblito mágico (así denominan en México a los pueblos que se mantienen en el tiempo) pequeño, entre montañas bajas, con colores vivos y un ritmo de vida que da envidia. 

Esta vez nos recibía Ale, y sus compañeras de casa. En realidad Ale fue sólo el contacto formal, porque nos recibieron ella y todo su grupo de amigos. Un grupo maravilloso, con mucha buena onda, con una energía contagiosa, y una inteligencia y preocupación por la vida que nos dejó encantados. 

Tengo que admitir que después de casi 8 meses nos cansamos un poquito de visitar museos y ruinas. Por lo que habíamos decidido dedicar nuestro tiempo a, simplemente hacer lo que nos daba la gana, vivir. Caminar por la ciudad de día y también de noche. Subir por los callejones, o simplemente sentarnos en algún rincón a contemplar el día pasar. 

Calles & Colores

Rincones & Colores

Alguna veces lo hacíamos solos, otras con Ale y sus amigos, y otras con un nuevo compañero francés, el Víctor. Uno de esos personajes admirables, que sale a recorrer un país hablando solo 2 o 3 palabras del idioma del lugar. 

En casa con Víctor y Ale.

Respecto a la ciudad, se respiraban aires universitarios. Un lugar donde llegan estudiantes de todas partes de México y el mundo a estudiar, aunque sea por algunos semestres. Con el detalle de que muchos se enamoraban de Guanajuato y se quedaban por años. 

Universidad de Guanajuato

De noche parecían tomar otras formas las callecitas y los edificios. Una muy linda Basílica, un teatro que funcionaba también de punto de reunión social en sus escalinatas. Varios monumentos al Quijote y a Cervantes (aunque nadie supo decirnos bien porqué, más que por un festival que se hace desde hace varios años). 

Basílica de Nuestra Sra. de Guanajuato

Teatro Juárez

Don Quijote y Sancho Panza

Alguna que otra tarde subimos al Mirador del Pipila, un personaje un poco místico o legendario del lugar por su heroísmo y valentía en la lucha de la independencia. Uno de los puntos más altos de Guanajuato, donde, además de tomar unos mates, se puede apreciar la paleta de innumerables colores de la ciudad. 

Guanajuato desde El Pipila

Entre salidas por los bares, entre mezcales y licores, entre charlas y bailes, cada vez nos hacían sentir más cómodos y con más confianza estas personitas. 

Entre túneles y pasillos angostos, entre callejones y mercados, entre risas y más risas, se iba acercando el final de nuestra estadía en este hermoso lugar. 

Mercado Centenario Hidalgo

Puente del Campanero

Túneles & Pipila (arriba)

Después de una noche intensa, festejando la recibida de uno de los chicos del grupo, y de una tarde de recuperación y rehabilitación, viajábamos toda la noche para llegar temprano a Puerto Vallarta. Lo que sería nuestra despedida del mar.

Presa de la Olla

  

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